Violeta se dio cuenta de que había ingresado en otro mundo cuando regresó a su casa, después de estar varios meses internada. Una tarde, acostada en la cama, vio por televisión una escena de gente que bailaba y se reía. Ese día sintió que ya estaba del otro lado, que ya había entrado al otro mundo, al mundo de los enfermos, al de los que no pueden caminar, ni bailar como lo hacen otros. En este territorio hay otra duración del tiempo y del movimiento. En esa zona hay remedios para tomar, cicatrices, médicos, exámenes que siempre parecen los últimos y los más dolorosos. Los límites en este mundo son elásticos. Cuando Violeta cree que ya pasó lo peor, la próxima vez es más difícil. Es la región sin límites.
De vez en cuando, Violeta pasea por el mundo de los sanos. Pero ella sabe que son solamente unas vacaciones. Cuando las vacaciones se terminan, en algún momento, ella tiene que regresar a su país.
The Body's Limits
Occasionally, Violeta wanders through the world of the healthy. But she knows it is just a holiday. When the holiday is over, at any moment, she has to return to her country.